Revista Salud+
  • Salud General
  • Estilo de vida
  • Belleza
  • Salud Sexual y Hormonal
  • Bienestar Físico
  • Nutrición
  • Salud General
  • Estilo de vida
  • Belleza
  • Salud Sexual y Hormonal
  • Bienestar Físico
  • Nutrición
No Result
View All Result
revistasalud+
No Result
View All Result
Home Salud General

Cómo reforzar las defensas en cambios estacionales: consejos clave

Marta López by Marta López
in Salud General
Cómo reforzar las defensas en cambios estacionales: consejos clave
7
SHARES
341
VIEWS
Compartir en FacebookCompartir en WhatsApp

Los cambios estacionales suelen estar asociados a variaciones de temperatura, humedad y luz solar, factores que pueden influir en el sistema inmunológico. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), durante estas transiciones es común observar un aumento en la incidencia de infecciones respiratorias y alergias, lo que subraya la importancia de mantener un sistema inmunitario fortalecido.

La adaptación del organismo a estas fluctuaciones puede generar un mayor desgaste físico, especialmente en personas con sistemas inmunes más vulnerables. Estudios publicados en The Lancet destacan que una combinación de hábitos saludables, como una dieta equilibrada, actividad física regular y un adecuado descanso, puede contribuir significativamente a la modulación inmunológica.

Comprender cómo fortalecer las defensas en estas épocas es clave para prevenir afecciones comunes y mantener el bienestar general. Este artículo explora estrategias respaldadas por la ciencia para optimizar la respuesta inmunitaria frente a los desafíos estacionales.

Importancia de mantener un sistema inmunológico fuerte

Un sistema inmunológico robusto actúa como una defensa natural contra patógenos, previniendo infecciones y reduciendo la gravedad de enfermedades comunes. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2022), mantener un sistema inmune fortalecido es esencial para proteger al organismo, especialmente durante épocas de cambios estacionales, cuando los desafíos externos aumentan considerablemente.

Factores relacionados con la salud inmunológica

  1. Nutrición balanceada: Una dieta rica en vitaminas y minerales apoya las funciones inmunológicas. La vitamina C, presente en cítricos como naranja y limón, estimula la producción de glóbulos blancos, mientras que el zinc, encontrado en alimentos como nueces y legumbres, refuerza la actividad de células inmunitarias, según un estudio publicado en Journal of Nutrition (2020).
  2. Descanso adecuado: Dormir entre 7 y 9 horas por noche permite que el cuerpo produzca citoquinas, proteínas críticas en la respuesta inmunitaria, como indica una investigación de la Facultad de Medicina de Harvard (2019). La falta de sueño prolongada debilita esta función, aumentando el riesgo de enfermedades.
  3. Hidratación constante: Un nivel adecuado de líquidos persiste como fundamento esencial para mantener las mucosas saludables, primera barrera frente a infecciones. De acuerdo con un análisis de Frontiers in Physiology (2021), la deshidratación puede comprometer la eficiencia del sistema inmunológico.

Cambios estacionales y respuesta inmune

Durante transiciones estacionales, el sistema inmunitario enfrenta un aumento en la exposición a virus respiratorios y alérgenos ambientales. Un artículo de The Lancet (2021) detalla cómo modificaciones en la temperatura y humedad afectan la supervivencia y transmisión de microorganismos infecciosos, volviendo a las personas más susceptibles. Además, los ciclos de luz diurna alteran los ritmos circadianos, influyendo directamente en la regulación de respuestas inflamatorias.

Mecanismos fisiológicos de protección

  1. Barreras físicas e inmunidad innata: Las mucosas y la piel bloquean la entrada de patógenos. Las células fagocíticas como los macrófagos eliminan microorganismos invasores, un proceso dependiente de micronutrientes como el hierro y el selenio.
  2. Inflamación controlada: Un sistema inmunológico equilibrado promueve la inflamación para atacar infecciones y minimizar daños tisulares. Estudios en Nature Reviews Immunology (2020) destacan que esta regulación depende en parte de los niveles de ácidos grasos omega-3, obtenidos de pescados grasos como el salmón.
  3. Memoria inmunológica: Las células B y T especializadas almacenan información sobre patógenos previos, facilitando una respuesta rápida ante exposiciones repetidas. Esta función puede optimizarse con vacunación, como señala el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC, 2023).

Hábitos para fortalecer el sistema inmunológico

  • Ejercicio moderado: Actividades como caminar o practicar yoga estimulan la circulación sanguínea, mejorando la distribución de linfocitos. Un meta-análisis en Sports Medicine (2020) confirma que la práctica de ejercicio regular reduce hasta en un 30% las probabilidades de infecciones respiratorias.
  • Control del estrés: Según la Asociación Americana de Psicología (2022), el estrés crónico eleva los niveles de cortisol, lo que suprime la actividad inmunitaria. Técnicas de relajación como la meditación o respiración profunda ayudan a contrarrestar este efecto.
  • Limitar sustancias perjudiciales: Evitar el consumo excesivo de alcohol y tabaco fomenta un sistema inmunitario eficiente. Un reporte de World Health Statistics (2021) señala que el tabaquismo incrementa el riesgo de enfermedades respiratorias hasta un 50% en adultos.

Relevancia de los suplementos para la inmunidad

Aunque una dieta equilibrada es ideal, en algunos casos los suplementos nutricionales son útiles. La Cochrane Database (2021) evaluó el uso de suplementos de vitamina D y concluyó que son efectivos para reducir hasta un 40% las infecciones respiratorias en personas con deficiencias previas. Sin embargo, es esencial priorizar fuentes naturales de nutrientes siempre que sea posible.

Influencia del microbioma intestinal

Los microorganismos en el tracto gastrointestinal desempeñan un papel clave en el soporte inmunológico. Según investigaciones publicadas por Cell (2022), probióticos y alimentos ricos en fibra como frutas, verduras y cereales integrales fomentan la diversidad intestinal. Este equilibrio contribuye a la prevención de inflamaciones crónicas y la regulación de la respuesta inmune.

Impactos del clima en la inmunidad

Los cambios bruscos de temperatura generan estrés térmico en el cuerpo. Este fenómeno reduce la eficacia de las barreras protectoras e incrementa la susceptibilidad a infecciones respiratorias. Una investigación del Instituto Max Planck (2022) destaca cómo mantener temperaturas corporales estables mediante ropa adecuada y calefacción es fundamental para preservar la integridad inmunológica.

Rol de los antioxidantes

Compuestos como los polifenoles, presentes en té verde y frutas rojas, reducen el daño oxidativo en las células del sistema inmune. Según un artículo en Antioxidants (2023), un consumo elevado de antioxidantes mejora la respuesta inmune frente a patógenos, especialmente durante períodos de alto estrés ambiental como el invierno.

Sinergia entre factores

Mantener un sistema inmunológico fuerte implica un enfoque integral. La interacción entre alimentación, ejercicio, medio ambiente y descanso permite al organismo adaptarse mejor a los retos estacionales, reduciendo la incidencia de enfermedades y optimizando la salud a largo plazo.

Factores Que Afectan Las Defensas En Cambios Estacionales

Durante los cambios estacionales, varios factores comprometen la eficacia del sistema inmunológico. Según la Revista de Inmunología Clínica (2021), estas transiciones incrementan los desafíos fisiológicos, afectando aspectos como la capacidad de respuesta inmunitaria, el equilibrio de nutrientes y la calidad del sueño.

Estrés y sueño

El estrés crónico y la falta de sueño reducen la efectividad del sistema inmunológico. Estudios publicados en Nature Reviews Immunology (2020) indican que el estrés prolongado incrementa los niveles de cortisol, una hormona que suprime la actividad de las células inmunitarias clave, como los linfocitos T. Estos linfocitos protegen al cuerpo contra virus y bacterias, y su reducción aumenta la susceptibilidad a infecciones respiratorias.

En cuanto al sueño, investigaciones de la Universidad de California (2019) muestran que dormir menos de 6 horas por noche disminuye la producción de citocinas, proteínas esenciales en la comunicación celular del sistema inmunológico. Asimismo, el sueño insuficiente altera el funcionamiento del sistema linfático, encargado de eliminar toxinas y desechos metabólicos. Mantener un sueño reparador mejora la regeneración inmunológica y refuerza la memoria inmunitaria.

Cambios en la alimentación

Los cambios estacionales influyen en la alimentación, afectando la ingesta de nutrientes esenciales. Durante los meses fríos, la dieta suele incluir alimentos más calóricos y pobres en vitaminas, según un informe de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (2021). Este desequilibrio debilita el sistema inmunológico, ya que minerales como el zinc y el selenio, además de vitaminas como la C y la D, son fundamentales para mantener la respuesta inmunitaria eficiente.

Un estudio en The American Journal of Clinical Nutrition (2020) resalta que la vitamina D juega un papel crucial en la activación de los macrófagos y linfocitos B, responsables de identificar y eliminar patógenos. Sin embargo, su síntesis se reduce en invierno debido a la ausencia de suficiente exposición solar. Aumentar la ingesta de pescados grasos, frutos secos y alimentos reforzados puede compensar esta deficiencia nutricional.

La hidratación también es clave. Según la Fundación Española del Corazón (2022), durante los cambios estacionales, el organismo presenta una mayor tendencia a la deshidratación, incluso en climas fríos, lo que afecta la fluidez de las mucosas respiratorias y fomenta la entrada de patógenos.

Variaciones climáticas

Las Variaciones Climáticas asociadas al cambio de estación afectan directamente al sistema inmune. Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM, 2022), las fluctuaciones de temperatura alteran los mecanismos termorreguladores del cuerpo, provocando estrés térmico. Este impacto debilita las barreras inmunitarias físicas, como las mucosas respiratorias, que forman la primera línea de defensa contra agentes infecciosos.

Los cambios bruscos de temperatura, comunes entre otoño e invierno, favorecen la proliferación de patógenos. Un estudio del Instituto de Salud Pública de Noruega (2021) demostró que estas fluctuaciones aumentan hasta un 30% los casos de infecciones respiratorias. La exposición repetida al frío disminuye la capacidad de los neutrófilos para combatir bacterias, lo que facilita el desarrollo de enfermedades pulmonares.

La humedad y la calidad del aire también influyen. Las investigaciones de la Universidad de Helsinki (2020) concluyen que los niveles bajos de humedad resecan las mucosas, dificultando la formación de mucina, una proteína esencial para neutralizar microorganismos. Por su parte, la contaminación atmosférica perjudica la función inmunitaria al incrementar el estrés oxidativo.

Para contrarrestar estos efectos, es esencial mantenerse protegido ante los cambios climáticos y ventilar adecuadamente los espacios cerrados para evitar la acumulación de contaminantes.

Consejos Para Reforzar Las Defensas

Un sistema inmunológico fuerte ayuda a prevenir enfermedades durante los cambios estacionales. Cambios en la dieta, el estilo de vida y el manejo del estrés aumentan la capacidad del cuerpo para combatir patógenos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2022).

Alimentación balanceada y suplementos naturales

Consumir una dieta equilibrada fortalece el sistema inmunológico al proporcionar los nutrientes necesarios para la producción y actividad de células inmunitarias. Según un estudio de la revista Nutrients (2020), una ingesta adecuada de vitamina C, vitamina D, zinc y selenio reduce significativamente el riesgo de infecciones respiratorias.

  • Vitaminas y minerales esenciales. La vitamina C, presente en frutas cítricas, pimientos y fresas, aumenta la producción de leucocitos. La vitamina D, sintetizada por la exposición solar y presente en pescados grasos y lácteos fortificados, regula las respuestas innatas y adaptativas del sistema inmune. El zinc, disponible en legumbres, frutos secos y carne magra, mejora la función de linfocitos T.
  • Antioxidantes naturales. Las verduras de hojas verdes, el brócoli y las bayas contienen flavonoides, compuestos antioxidantes que protegen contra el estrés oxidativo y fortalecen las defensas.
  • Probióticos y prebióticos. Productos fermentados como yogur y kéfir contienen cepas de bacterias beneficiosas, como Lactobacillus y Bifidobacterium, que mejoran la barrera intestinal. Según un artículo en Frontiers in Immunology (2019), el microbioma intestinal influye directamente en la inmunidad sistémica, regulando la inflamación y la actividad de las células inmunitarias.
  • Suplementos naturales. Ante deficiencias nutricionales, incluir suplementos de vitamina D, zinc o echinácea, según estudios publicados en Advances in Therapy (2021), mejora la resistencia inmunitaria durante cambios estacionales.

Actividad física regular

El ejercicio moderado mantiene el sistema inmunológico activo, reduciendo el riesgo de enfermedades. Estudios de la Facultad de Medicina de la Universidad de Massachusetts (2021) destacan que practicar actividad aeróbica de intensidad moderada durante 150 minutos semanales incrementa la circulación de linfocitos y macrófagos, esenciales para combatir infecciones.

  • Beneficios del ejercicio moderado. Actividades como caminar, trotar y nadar mejoran la capacidad del sistema cardiovascular, lo que facilita el transporte de nutrientes y oxígeno a los tejidos inmunológicos. Asimismo, se reduce la acumulación de hormonas como el cortisol, cuyo exceso debilita las defensas.
  • Efectos de la actividad excesiva. Según el Colegio Americano de Medicina Deportiva (ACSM, 2020), ejercicios intensos o prolongados pueden aumentar temporalmente la vulnerabilidad a infecciones, por lo que se recomienda descansar adecuadamente después de entrenamientos exigentes.
  • Ejercicio y variabilidad estacional. En invierno, practicar yoga en interiores o ejercicios de bajo impacto alivia el estrés térmico; en primavera, actividades al aire libre ayudan a aumentar la síntesis de vitamina D.

Técnicas de relajación y manejo del estrés

El estrés crónico disminuye la efectividad del sistema inmunológico al aumentar la producción de cortisol, lo que afecta la respuesta de los linfocitos T. Según un informe de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA, 2021), prácticas regulares de relajación reducen este impacto y fortalecen las defensas.

  • Meditación y técnicas de respiración. Métodos como la respiración profunda, enseñados en técnicas como el mindfulness, activan el sistema nervioso parasimpático, reduciendo niveles de estrés y mejorando la función del sistema inmune.
  • Yoga y tai chi. Un estudio en Brain, Behavior, and Immunity (2020) mostró que prácticas como el yoga y el tai chi reducen marcadores inflamatorios y aumentan la actividad de linfocitos.
  • Sueño reparador. Dormir entre 7 y 9 horas por noche regula ritmos circadianos y promueve la liberación de citoquinas, proteínas esenciales en la comunicación celular durante respuestas inmunes.

Cada uno de estos hábitos contribuye a un sistema inmunitario más fuerte, especialmente bajo condiciones de cambio estacional. Priorizar alimentación, ejercicio y descanso mejora la capacidad defensiva del cuerpo contra patógenos y factores estresantes ambientales.

Remedios Caseros Y Tradicionales

Integrar remedios caseros y prácticas tradicionales puede apoyar significativamente al sistema inmunológico durante los cambios estacionales. Diferentes culturas reconocen el valor de ingredientes naturales y su capacidad para reforzar las defensas. Estas prácticas pueden complementarse con hábitos saludables generales, promoviendo un enfoque integral para la protección inmunitaria.

Infusiones y hierbas naturales

El consumo de infusiones elaboradas con hierbas medicinales ofrece beneficios inmunomoduladores probados. Según una revisión publicada en Frontiers in Pharmacology (2020), plantas como el jengibre, el tomillo y el saúco contienen compuestos bioactivos que estimulan la producción de células inmunitarias.

  • Jengibre: Contiene gingerol, un antioxidante que reduce el estrés oxidativo. Este compuesto también tiene efectos antiinflamatorios naturales.
  • Tomillo: Rico en timol y carvacrol, componentes que actúan como agentes antimicrobianos. Estimulan las defensas frente a infecciones respiratorias leves.
  • Saúco: Según investigaciones publicadas en The Journal of Functional Foods (2019), los flavonoides presentes en sus bayas poseen efectos antivirales, especialmente contra cepas de gripe estacional.

Las infusiones realizadas con estas hierbas son efectivas si se consumen de forma regular. Para potenciar su efecto, es ideal consumirlas calientes, ya que el aumento de la temperatura favorece la hidratación de las mucosas respiratorias y mejora su capacidad protectora.

Uso de probióticos

El microbioma intestinal juega un rol crucial en la regulación del sistema inmunitario. Según un reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2022), el 70% del sistema inmunológico está asociado al intestino. El uso de probióticos, especialmente cepas como Lactobacillus rhamnosus GG o Bifidobacterium lactis, mejora la diversidad microbiana intestinal, lo que fortalece las barreras inmunológicas.

  • Prevención de infecciones: Un estudio en The Journal of Nutrition (2021) concluyó que el consumo diario de probióticos puede reducir la incidencia de infecciones respiratorias superiores hasta en un 42%.
  • Modulación inmunitaria: Los probióticos estimulan la producción de citoquinas antiinflamatorias, reduciendo respuestas inmunitarias descontroladas frente a virus o alérgenos.
  • Recuperación tras infecciones: Ayudan a reestablecer el equilibrio de la microbiota intestinal tras la toma de antibióticos, disminuyendo el riesgo de infecciones secundarias.

Estos beneficios se maximizan si se combinan con una dieta rica en fibra prebiótica, como la que se encuentra en alimentos como plátanos, avena y espárragos. La fibra actúa como nutriente para las bacterias beneficiosas, potenciando indirectamente la salud inmunitaria.

Errores Comunes Al Intentar Reforzar Las Defensas

Varios comportamientos y creencias pueden comprometer la efectividad del sistema inmunológico cuando se busca reforzarlo durante los cambios estacionales. Según datos de la OMS (2022), acciones inadecuadas o prácticas comunes, aunque bien intencionadas, pueden tener resultados contraproducentes.

Uso excesivo de suplementos vitamínicos

El consumo desmedido de suplementos vitamínicos es un error frecuente. Aunque las vitaminas como la C o el zinc son esenciales para el sistema inmunológico, ingerir dosis por encima de las recomendadas puede causar efectos adversos. Estudios publicados en The American Journal of Clinical Nutrition (2020) indican que dosis altas de vitamina C (por encima de 2000 mg diarios) pueden provocar trastornos gástricos, mientras que el exceso de zinc puede interferir con la absorción de otros minerales esenciales como el cobre. Una dieta equilibrada generalmente aporta los nutrientes necesarios sin necesidad de suplementación excesiva.

Negligencia hacia el descanso adecuado

Muchas personas subestiman la importancia del sueño reparador para fortalecer las defensas. Según un estudio de la Universidad de California en Berkeley (2017), los adultos que duermen menos de 6 horas por noche tienen un 70% más de probabilidades de contraer resfriados comunes que aquellos que duermen entre 7 y 9 horas. Durante el sueño, el cuerpo produce citoquinas, proteínas esenciales para la regulación inmunológica y la lucha contra infecciones. La privación de sueño reduce la disponibilidad de estas moléculas claves.

Ejercicio físico excesivo o insuficiente

El nivel inadecuado de actividad física también es un factor crítico. El ejercicio moderado fortalece el sistema inmune al aumentar la circulación de células inmunitarias. Sin embargo, un estudio de la revista Frontiers in Immunology (2018) advierte que el ejercicio extremo, como carreras de resistencia o entrenamientos muy intensos sin recuperación adecuada, puede inducir un estado de inmunosupresión temporal. Paralelamente, el sedentarismo prolongado dificulta la activación de células inmunológicas como los linfocitos T.

Dependencia total a remedios caseros

Aunque hierbas medicinales como el jengibre, el tomillo o el saúco poseen propiedades inmunomoduladoras, la dependencia exclusiva de estos remedios puede resultar insuficiente para fortalecer el sistema inmunológico. Según The Journal of Ethnopharmacology (2019), los principios activos de estas plantas tienen efectos limitados si no se acompañan de otros hábitos saludables, como una alimentación equilibrada y control del estrés.

Cambios drásticos en la dieta

Adoptar dietas extremas o restrictivas, como eliminar ciertos grupos alimenticios sin justificación médica, afecta negativamente las defensas. Según un análisis de la Universidad de Harvard (2019), dietas bajas en carbohidratos complejos pueden reducir la disponibilidad de fibra prebiótica, lo que afecta el microbioma intestinal. Este ecosistema es fundamental para la regulación inmunológica, ya que cerca del 70% del sistema inmunitario se encuentra en el intestino.

Subestimación del papel del estrés

Ignorar el impacto del estrés crónico es otro error frecuente. La exposición sostenida a altos niveles de cortisol, la hormona relacionada con el estrés, disminuye la capacidad funcional de las células inmunitarias, según un estudio publicado en Nature Reviews Immunology (2020). Este mecanismo impacta especialmente en la eficacia de los linfocitos, responsables de combatir virus y bacterias.

Automedicación sin supervisión médica

El uso indiscriminado de medicamentos, como los antibióticos, es un error común. Los antibióticos no ayudan en infecciones virales y su uso indebido puede alterar la microbiota intestinal, como señala la OMS (2022). Esta alteración provoca un desequilibrio en el sistema inmunológico y aumenta la vulnerabilidad frente a nuevas infecciones. Su uso debe estar estrictamente supervisado por profesionales de salud.

Exposición innecesaria a entornos contaminantes

Incrementar la exposición a contaminantes ambientales afecta el sistema inmune. Según un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (2021), altos niveles de partículas PM2.5 y otros contaminantes reducen la eficiencia de las barreras inmunológicas respiratorias, como el epitelio mucoso, facilitando la entrada de virus y bacterias.

Deshidratación y mala hidratación

La falta de hidratación adecuada impacta negativamente en las defensas corporales. La correcta hidratación contribuye al transporte de nutrientes y al mantenimiento del volumen sanguíneo, esenciales para el sistema inmune. Nacional Institutes of Health (NIH, 2020) subraya que incluso una deshidratación leve puede alterar la función de los glóbulos blancos, reduciendo su capacidad de respuesta.

Conclusión de errores abordados

Evitar estos errores comunes puede optimizar el funcionamiento del sistema inmunológico. Junto con los hábitos saludables recomendados, el enfoque debería ser integral y consciente, basado en evidencia científica comprobada.

Previous Post

Cómo afecta el estrés al sistema inmunológico y cómo controlarlo

Next Post

Cómo cuidar el sistema cardiovascular a partir de los 40 años

Marta López

Marta López

Tengo 52 años y desde siempre me apasiona la fitoterapia. Me formé en el ámbito de la salud y, desde niña, descubrí el poder de las plantas en casa. Crecí rodeada de naturaleza y de personas que sabían escucharla. Me encanta combinar ciencia y tradición para mejorar el bienestar en el día a día. Aquí comparto lo que he aprendido, entre experiencias personales y consejos prácticos.

Next Post
Cómo cuidar el sistema cardiovascular a partir de los 40 años

Cómo cuidar el sistema cardiovascular a partir de los 40 años

Leave a Reply Cancel reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Destacado

Hábitos para tener días más productivos y mejorar tu salud

Hábitos para tener días más productivos y mejorar tu salud

Las mejores pastillas de cúrcuma con piperina: guía de compra completa

Las mejores pastillas de cúrcuma con piperina: guía de compra completa

No te lo pierdas

Los 3 mejores suplementos de zinc para la salud de tu piel

Los 3 mejores suplementos de zinc para la salud de tu piel

El mejor zinc para el pelo: top 3 suplementos más efectivos

El mejor zinc para el pelo: top 3 suplementos más efectivos

Los 3 mejores suplementos de zinc para aumentar la testosterona

Los 3 mejores suplementos de zinc para aumentar la testosterona

Los 3 mejores suplementos de zinc para hombres: guía definitiva

Los 3 mejores suplementos de zinc para hombres: guía definitiva

  • Aviso legal
  • Términos y condiciones de uso
  • Política de cookies
  • Afiliados de Amazon
  • Contacto
© 2025 RevistaSaludMas

Amazon, Amazon Prime, el logotipo de Amazon y el logotipo de Amazon Prime son marcas registradas de Amazon.com, Inc. o sus afiliados.
En calidad de Afiliado de Amazon, obtenemos ingresos por las compras adscritas que cumplen los requisitos aplicables.

No Result
View All Result
  • Salud General
  • Estilo de vida
  • Belleza
  • Salud Sexual y Hormonal
  • Bienestar Físico
  • Nutrición

Amazon, Amazon Prime, el logotipo de Amazon y el logotipo de Amazon Prime son marcas registradas de Amazon.com, Inc. o sus afiliados.
En calidad de Afiliado de Amazon, obtenemos ingresos por las compras adscritas que cumplen los requisitos aplicables.