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Cómo evitar el estreñimiento en la edad adulta: consejos efectivos

Marta López by Marta López
in Bienestar Físico
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El estreñimiento es uno de los problemas digestivos más comunes en la edad adulta, afectando a un porcentaje significativo de la población mundial. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que entre el 15% y el 20% de los adultos experimentan este trastorno de forma recurrente, siendo más frecuente a medida que avanza la edad. Aunque no suele considerarse una afección grave, puede impactar negativamente en la calidad de vida y generar complicaciones si no se aborda adecuadamente.

Entre los factores más comunes que contribuyen al estreñimiento se encuentran una dieta baja en fibra, el sedentarismo y una ingesta insuficiente de líquidos. Además, ciertos cambios asociados al envejecimiento, como la disminución de la motilidad intestinal, pueden agravar el problema. Este artículo explora estrategias prácticas y respaldadas por evidencia científica para prevenir y aliviar el estreñimiento, promoviendo una mejor salud digestiva en la edad adulta.

Importancia de la salud digestiva en la edad adulta

Mantener una salud digestiva óptima es esencial para prevenir el estreñimiento y mejorar la calidad de vida durante la adultez. El sistema digestivo no solo permite la asimilación de nutrientes, sino que también influye en el sistema inmunológico, el equilibrio hormonal y el bienestar general. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2022), los trastornos digestivos afectan al 35% de los adultos mayores de 40 años, siendo el estreñimiento uno de los problemas más comunes.

Cambios fisiológicos en la digestión asociados al envejecimiento

Los cambios naturales que ocurren en la edad adulta repercuten en el funcionamiento digestivo. Conforme avanzan los años, el tránsito intestinal tiende a ralentizarse debido a una disminución en la motilidad intestinal y una respuesta reducida del nervio vago, que regula las contracciones en el tracto gastrointestinal. Estudios publicados en Nature Reviews Gastroenterology & Hepatology (2020) indican que el tiempo de tránsito colónico en personas mayores de 50 años puede aumentar en un promedio del 20%, lo que incrementa el riesgo de estreñimiento.

Además, el envejecimiento puede reducir la producción de enzimas digestivas, como la lactasa, y alterar la microbiota intestinal, disminuyendo la diversidad bacteriana y el predominio de bacterias beneficiosas como Bifidobacterium. Esto puede afectar la digestión y provocar inflamación de bajo grado.

Micronutrientes clave para la salud digestiva

Ciertos micronutrientes juegan un papel crítico en la función digestiva en la edad adulta. El magnesio, por ejemplo, favorece la motilidad intestinal al relajar los músculos del tracto digestivo. Según un informe de la European Journal of Clinical Nutrition (2021), la ingesta insuficiente de magnesio podría incrementar un 30% el riesgo de estreñimiento crónico.

La fibra alimentaria es igualmente crucial, al aumentar el volumen y la consistencia de las heces. Fuentes como los cereales integrales, frutas y verduras aportan fibras insolubles y solubles, que favorecen el movimiento intestinal y la alimentación de la microbiota. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, 2017) recomienda consumir al menos 25-30 gramos de fibra al día para optimizar la salud digestiva.

Rol de la microbiota intestinal

La microbiota intestinal protege la integridad del epitelio intestinal y participa activamente en la fermentación de la fibra no digerida, produciendo ácidos grasos de cadena corta como el butirato, esencial para mantener el equilibrio inflamatorio. Según un estudio de Cell Host & Microbe (2019), adultos con microbiotas menos diversas tienen un riesgo aumentado de estreñimiento recurrente y disbiosis intestinal. Incrementar el consumo de alimentos fermentados como yogur, kéfir o chucrut puede potenciar la diversidad bacteriana.

Impacto del estilo de vida en la salud digestiva

El sedentarismo afecta negativamente la motilidad intestinal. La actividad física regular, como caminar 30 minutos diarios, aumenta de manera significativa las contracciones peristálticas. Un meta-análisis de la revista Gut (2020) concluyó que las personas activas tienen un 25% menos probabilidades de presentar estreñimiento comparado con aquellas sedentarias.

La insuficiente hidratación es otro factor que afecta la consistencia de las heces. Consumir entre 1,5 a 2 litros diarios de agua contribuye a ablandar las heces y favorece su paso por el intestino grueso.

Estrés y su relación con el intestino

El estrés crónico provoca alteraciones en el eje intestino-cerebro, exacerbando los problemas digestivos. Altos niveles de cortisol suprimen el flujo sanguíneo hacia el intestino y alteran la motilidad. Según un informe del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de los Estados Unidos (NIDDK, 2021), prácticas como la meditación y las técnicas de respiración pueden reducir hasta en un 40% los síntomas gastrointestinales relacionados con el estrés.

Necesidad de hábitos alimenticios consistentes

Saltarse comidas o realizar horarios de alimentación irregulares interfiere con la sincronización del sistema gastrointestinal. Crear un horario constante para las comidas regula los ritmos digestivos, mientras que moderar el consumo de alimentos ultraprocesados ricos en grasas trans y azúcares simples disminuye la inflamación intestinal. Profesionales de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) subrayan la importancia de una dieta mediterránea rica en grasas saludables, fibra y antioxidantes en la protección del sistema digestivo.

Factores médicos asociados

Ciertas condiciones médicas como el hipotiroidismo o la diabetes tipo 2 ralentizan la función digestiva. Adicionalmente, algunos medicamentos, como los anticolinérgicos o suplementos de hierro, pueden provocar estreñimiento como efecto secundario. Evaluaciones periódicas con un médico son esenciales para detectar posibles factores subyacentes que influyan en la digestión.

Causas Comunes Del Estreñimiento En Adultos

El estreñimiento en adultos puede resultar de múltiples factores interrelacionados que afectan la motilidad intestinal, la composición de la microbiota y la hidratación. Según la Clínica Mayo, esta condición afecta al menos al 16% de los adultos globalmente, aumentando hasta un 33% en personas mayores de 60 años. Las causas se dividen en factores dietéticos, el impacto del estilo de vida sedentario y cambios fisiológicos asociados con el envejecimiento.

Factores dietéticos

Una dieta pobre en fibra dietética representa una causa primaria en el estreñimiento. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo recomendado es de 25-30 g diarios para adultos. Sin embargo, una gran parte de la población consume menos de 15 g al día, según un estudio publicado en la revista The Lancet (2019). La fibra insoluble, presente en alimentos como cereales integrales y verduras, incrementa el volumen fecal y acelera su tránsito por los intestinos.

La ingesta insuficiente de líquidos agrava esta condición. El agua es esencial para que la fibra soluble, presente en avena, frutas y legumbres, forme un gel que facilita el movimiento intestinal. La European Hydration Institute señala que los adultos deben consumir al menos 2-2.5 litros de líquidos diarios, incluyendo agua y otras bebidas no azucaradas.

El exceso de alimentos procesados, ricos en grasas y azúcares simples, contribuye a desequilibrios intestinales. Según un artículo de Advances in Nutrition, estos productos alteran la composición de la microbiota, reduciendo las bacterias beneficiosas como los Lactobacillus y Bifidobacterium, que regulan el tránsito intestinal.

Estilo de vida sedentario

La falta de actividad física afecta directamente la motilidad intestinal. Un estudio de la Facultad de Medicina de Harvard (2021) determinó que el ejercicio moderado, como caminar 30 minutos al día, incrementa las contracciones musculares en el colon, facilitando la evacuación. Por el contrario, el sedentarismo ralentiza estos movimientos y favorece el estreñimiento crónico.

El estrés asociado a estilos de vida modernos puede interrumpir la relación entre el sistema nervioso entérico y el cerebro, conocida como el eje intestino-cerebro. El estrés eleva los niveles de cortisol, lo que disminuye la motilidad intestinal, según un informe de la revista Gastroenterology (2020). Técnicas como la meditación, la respiración abdominal y el yoga pueden beneficiar tanto la salud mental como digestiva.

El horario irregular de comidas y los hábitos intestinales inconsistentes también desempeñan un papel clave. Saltarse comidas o ignorar la necesidad de evacuar puede alterar los reflejos rectoanales. Los expertos recomiendan establecer rutinas diarias para sincronizar los ritmos circadianos del sistema digestivo.

Cambios relacionados con la edad

En el envejecimiento, hay una disminución natural en la motilidad intestinal, conocida como “transito lento del colon”. Este fenómeno está relacionado con la reducción en la actividad de las células intersticiales de Cajal, responsables de generar impulsos eléctricos que controlan las contracciones musculares del tracto gastrointestinal, según un estudio de Nature Reviews Gastroenterology & Hepatology (2017).

La producción reducida de enzimas digestivas también contribuye al estreñimiento. La capacidad del páncreas para liberar amilasas y lipasas disminuye gradualmente, dificultando la digestión de carbohidratos y grasas. Esto puede provocar heces más duras y secas.

La alteración en la microbiota intestinal es otra causa clave en personas mayores. El envejecimiento lleva a una reducción en la diversidad bacteriana intestinal, con un aumento de microorganismos proinflamatorios, lo que puede afectar la función intestinal. Una dieta rica en prebióticos, como plátanos, ajo y cebolla, puede ayudar a restaurar el equilibrio bacteriano.

Muchos adultos toman medicamentos que influyen en la motilidad intestinal, como analgésicos opioides, antidepresivos y bloqueadores de canales de calcio. Según la American Gastroenterological Association, entre el 40% y el 80% de los pacientes tratados con opioides experimentan estreñimiento relacionado con el uso de medicamentos.

La disminución de la actividad física con el envejecimiento también exacerba el problema, ya que limita los beneficios del ejercicio regular sobre la función digestiva. Rehabilitar este hábito con actividades adaptadas, como natación o paseos diarios, puede mejorar significativamente los síntomas.

En conclusión, entender estas causas comunes permite identificar estrategias efectivas para prevenir el estreñimiento y mejorar la salud digestiva en adultos.

Estrategias Para Prevenir El Estreñimiento

El estreñimiento en la edad adulta se puede mitigar adoptando medidas específicas que favorecen la salud intestinal. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2022), una combinación de dieta equilibrada, hidratación adecuada y actividad física regular contribuye significativamente a prevenir este trastorno digestivo.

Alimentación rica en fibra

Consumir alimentos ricos en fibra dietética mejora la motilidad intestinal al aumentar el volumen y suavizar las heces. La fibra insoluble, presente en cereales integrales como el trigo y las verduras, facilita el tránsito gastrointestinal. Por otro lado, la fibra soluble, que se encuentra en alimentos como la avena, las legumbres y ciertas frutas (manzanas, peras), forma geles viscosos que regulan la defecación.

La Academia Nacional de Medicina de los Estados Unidos recomienda una ingesta de entre 25 y 30 gramos de fibra diaria para adultos. Sin embargo, la mayoría de las personas no alcanza estas cifras. Según un estudio publicado en The Journal of Nutrition (2020), los adultos en países desarrollados consumen en promedio 15 gramos al día, lo que está asociado directamente con mayores prevalencias de estreñimiento.

El consumo de fibra no solo mejora el tránsito intestinal, sino que también mantiene una microbiota saludable. Las fibras fermentables, como los fructooligosacáridos (FOS) y la inulina, actúan como prebióticos que alimentan bacterias beneficiosas como Bifidobacterium y Lactobacillus. Estudios realizados por la Universidad de California (2021) han demostrado que una microbiota equilibrada reduce la inflamación a nivel intestinal y mejora la función digestiva.

Consumo adecuado de agua

La hidratación adecuada es esencial para evitar el estreñimiento, ya que el agua ablanda las heces y facilita su tránsito a través del colon. Cuando el cuerpo no dispone de suficiente líquido, el intestino grueso absorbe más agua de las heces, provocando su endurecimiento y dificultad para ser evacuadas.

Expertos en gastroenterología destacan que los adultos deben ingerir entre 2 y 3 litros de agua al día dependiendo de factores como edad, peso y nivel de actividad física. Una publicación de la revista Nutrients (2021) evidenció que quienes aumentaron su ingesta hídrica a más de 2 litros diarios reportaron una disminución del 36% en episodios de estreñimiento funcional.

Además de agua, líquidos como infusiones, caldos y jugos naturales ayudan a satisfacer las necesidades hídricas. Es importante limitar el consumo de bebidas con cafeína o alcohol, ya que tienen efectos diuréticos que podrían contrarrestar la hidratación adecuada.

Rutinas de ejercicio regular

La actividad física regular estimula los músculos del colon, promoviendo movimientos intestinales más frecuentes y eficientes. Según estudios del Colegio Americano de Medicina Deportiva (ACSM, por sus siglas en inglés), realizar 30 minutos de ejercicio moderado, como caminar o andar en bicicleta, al menos cinco días a la semana, mejora el tiempo de tránsito intestinal en un 20%.

El ejercicio también disminuye el estrés, un factor que puede alterar la motilidad del sistema digestivo. Investigaciones publicadas en Gut Microbes (2022) muestran que la actividad física reduce los niveles de cortisol, lo que a su vez mejora la interacción entre el sistema nervioso central y el tracto gastrointestinal.

Específicamente, los ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico, como el entrenamiento del músculo pubococcígeo, son útiles para las personas con estreñimiento crónico. Estas rutinas fortalecen los músculos involucrados en el proceso de evacuación y ayudan a mejorar el esfuerzo defecatorio. En casos de estreñimiento severo, se recomiendan sesiones de fisioterapia especializada para optimizar la función del suelo pélvico.

Otras estrategias complementarias

Realizar comidas en horarios regulares contribuye a mantener un patrón intestinal constante. Según investigaciones de la Universidad de Toronto (2022), los ritmos circadianos del sistema digestivo responden positivamente a rutinas alimenticias consistentes, lo que puede reducir los episodios de estreñimiento.

Limitar el consumo de alimentos procesados y bajos en fibra, como comida rápida y harinas refinadas, previene acumulaciones de residuos difíciles de evacuar. También, alimentos ricos en grasas saturadas o azúcares pueden ralentizar la motilidad intestinal al alterar los procesos digestivos normales.

Asimismo, evitar el uso prolongado e innecesario de laxantes es vital. Según un artículo en The Lancet Gastroenterology (2021), el abuso de laxantes puede llevar a dependencia y pérdida de la función natural del colon. Optar por estrategias naturales y basadas en evidencia permite un alivio más sostenible del estreñimiento.

Hábitos Saludables Para Mejorar La Función Intestinal

Implementar hábitos saludables favorece significativamente la función intestinal, reduciendo la prevalencia de estreñimiento en la edad adulta. Estudios recientes señalan que ajustar el estilo de vida puede optimizar la motilidad intestinal y favorecer una microbiota equilibrada. A continuación, se detallan estrategias específicas basadas en investigaciones clínicas y recomendaciones internacionales.

Establecer un horario fijo

Organizar horarios regulares mejora el funcionamiento del intestino al fomentar un ritmo circadiano saludable. Según un estudio publicado en Neurogastroenterology & Motility (2021), los órganos digestivos tienen un reloj biológico interno que regula su actividad. Comer, beber agua y evacuar a horas similares promueve una motilidad intestinal consistente.

Mantener actividades sincronizadas con el ciclo circadiano permite al colon adaptarse y generar movimientos peristálticos predecibles, imprescindibles para la evacuación eficiente. Además, la OMS sugiere designar un momento específico diariamente para usar el baño, preferiblemente tras el desayuno, cuando el reflejo gastrocolónico está más activo. Este reflejo, que aumenta la actividad del colon tras ingerir alimentos, puede aprovecharse para regularizar las deposiciones.

Evitar el retener las ganas

Responder rápidamente a los impulsos de defecar previene problemas asociados como el estreñimiento crónico o el desarrollo de fisuras anales. Retener las ganas inhibe los reflejos rectoanales naturales y puede endurecer las heces debido a una prolongada reabsorción de agua en el colon. Según investigaciones revisadas en Clinical Gastroenterology and Hepatology (2020), ignorar repetidamente la necesidad de evacuar puede disminuir la sensibilidad rectal y debilitar los reflejos necesarios para una evacuación efectiva.

Crear un entorno tranquilo durante las visitas al baño es clave, ya que el estrés o la falta de privacidad pueden obstaculizar los reflejos defecatorios. Los especialistas recomiendan evitar el uso prolongado del teléfono móvil o actividades similares durante estas visitas, ya que disminuyen la atención plena necesaria para una evacuación completa.

Manejo del estrés

El estrés prolongado afecta negativamente al sistema digestivo, alterando la motilidad intestinal y la interacción entre el cerebro y el intestino, conocida como eje intestino-cerebro. Según la Sociedad Española de Gastroenterología (2022), el estrés aumenta la liberación de corticotropina (CRH), que enlentece las contracciones intestinales y reduce la sensibilidad de los músculos del colon. Este mecanismo puede contribuir directamente al estreñimiento funcional.

Ejercicios como el yoga y la meditación tienen efectos directos sobre la regulación del sistema nervioso autónomo, promoviendo una relajación que mejora tanto la motilidad intestinal como el equilibrio microbiológico. Un metaanálisis publicado en Mindfulness Journal (2020) destaca que las técnicas de relajación reducen significativamente los niveles de estrés percibido, mejorando síntomas como dolor abdominal o evacuación incompleta.

Adicionalmente, mantener un sueño reparador de al menos 7-8 horas por noche influye en el equilibrio del microbioma intestinal, según hallazgos presentados en PLOS Biology (2019). La alteración del sueño afecta tanto la flora bacteriana como la regulación hormonal, lo cual impacta de manera negativa la salud digestiva y la frecuencia evacuatoria.

Incorporar estrategias estructuradas para manejar el estrés, junto con horarios regulares y una respuesta inmediata a las necesidades fisiológicas, optimiza la salud intestinal y reduce significativamente los episodios de estreñimiento en la población adulta.

Cuándo Buscar Ayuda Médica

Es fundamental reconocer situaciones en las que el estreñimiento puede ser indicativo de afecciones más graves. Aunque el estreñimiento ocasional es común, ciertas señales requieren atención médica inmediata, ya que podrían estar relacionadas con trastornos subyacentes que afectan la salud general del sistema digestivo.

Síntomas de alarma en el estreñimiento

Reconocer los síntomas de alarma asociados al estreñimiento ayuda a identificar problemas médicos que necesitan evaluación especializada:

  • Dolor abdominal severo y persistente: Puede ser signo de obstrucciones intestinales o infecciones como diverticulitis, que afectan el colon.
  • Presencia de sangre en las heces: La hematoquecia (sangre roja brillante) o heces oscuras (melenas) pueden indicar lesiones gastrointestinales, fisuras anales, pólipos o incluso cáncer colorrectal.
  • Pérdida inexplicada de peso: Según datos del National Institute on Aging (2021), la pérdida de peso no intencionada junto con cambios en el tránsito intestinal puede asociarse a enfermedades malignas o trastornos metabólicos.
  • Fiebre recurrente: Si el estreñimiento se acompaña de fiebre, podría indicar una inflamación o una infección gastrointestinal significativa.
  • Cambios repentinos y prolongados en el hábito intestinal: Variaciones como diarrea alternada con episodios de estreñimiento podrían sugerir colitis inflamatoria o síndrome del intestino irritable.

Factores de riesgo que justifican evaluación médica

Ciertos factores incrementan la probabilidad de que el estreñimiento esté relacionado con enfermedades subyacentes graves. Estos incluyen:

  • Antecedentes familiares de cáncer digestivo: Estudios como el publicado en The Lancet Oncology (2020) destacan que el historial familiar de cáncer colorrectal aumenta el riesgo de lesiones malignas en personas con estreñimiento recurrente.
  • Edad avanzada: Según la OMS, más del 30% de las personas mayores de 60 años experimentan estreñimiento crónico, lo que se asocia con menor motilidad intestinal y mayor probabilidad de complicaciones.
  • Consumo prolongado de ciertos medicamentos: Los opioides, neurolépticos y bloqueadores del calcio suelen relacionarse con estreñimiento severo, especialmente en tratamientos prolongados.
  • Enfermedades preexistentes: Condiciones como el hipotiroidismo, la diabetes y trastornos neurológicos (como Parkinson) afectan las contracciones intestinales y deben ser monitoreadas por un especialista.

Pruebas y diagnósticos comunes

Cuando el estreñimiento no mejora con cambios en la dieta o estilo de vida, los especialistas pueden recomendar pruebas adicionales para identificar causas específicas:

  • Colonoscopia: Herramienta clave para explorar el colon y detectar afecciones como pólipos, cáncer colorrectal o enfermedad inflamatoria intestinal.
  • Pruebas de tránsito colónico: Según la Clínica Mayo, estas identifican posibles retrasos en la motilidad digestiva mediante marcadores que evalúan el tiempo de tránsito intestinal.
  • Manometría anorectal: Mide la función de los músculos del recto y del esfínter anal, determinando si existen alteraciones funcionales.
  • Ecografías o tomografías computarizadas: Detectan obstrucciones u otras anomalías estructurales en casos de dolor abdominal severo asociado al estreñimiento.

Complicaciones del estreñimiento no tratado

La falta de tratamiento cuando el estreñimiento se prolonga puede derivar en complicaciones significativas, destacando:

  • Impactación fecal: Acumulación severa de heces en el recto que requiere intervención mecánica, especialmente en personas mayores con movilidad reducida.
  • Fisuras anales: Causadas por el esfuerzo repetido durante la defecación, provocando dolor intenso y sangrado.
  • Prolapso rectal: Desplazamiento de la mucosa rectal hacia el exterior, particularmente en personas con antecedentes de pujo crónico.
  • Diverticulitis: Inflamación de los divertículos en el colon, que puede progresar hacia infecciones graves.

Recomendaciones para actuar ante sospechas

Según expertos de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), es crítico consultar con un médico si el estreñimiento persiste más de tres semanas a pesar de los cambios en la alimentación o si aparece alguno de los síntomas de alarma mencionados. Los especialistas recomiendan realizar controles regulares a partir de los 50 años para monitorear posibles causas subyacentes del estreñimiento y otras patologías colorrectales.

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Marta López

Marta López

Tengo 52 años y desde siempre me apasiona la fitoterapia. Me formé en el ámbito de la salud y, desde niña, descubrí el poder de las plantas en casa. Crecí rodeada de naturaleza y de personas que sabían escucharla. Me encanta combinar ciencia y tradición para mejorar el bienestar en el día a día. Aquí comparto lo que he aprendido, entre experiencias personales y consejos prácticos.

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