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Cómo cuidar el sistema respiratorio en invierno: consejos prácticos

Marta López by Marta López
in Salud General
Cómo cuidar el sistema respiratorio en invierno: consejos prácticos
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Durante el invierno, las bajas temperaturas y el aumento de la contaminación atmosférica pueden comprometer la salud del sistema respiratorio, incrementando la incidencia de infecciones como la gripe o el resfriado común. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades respiratorias representan una de las principales causas de consulta médica en esta época del año, especialmente en grupos vulnerables como niños, personas mayores y quienes padecen patologías crónicas.

Factores como el aire seco, la exposición prolongada a ambientes cerrados y la proliferación de virus respiratorios intensifican los riesgos. Estudios publicados en The Lancet destacan que mantener un entorno saludable y fortalecer las defensas del organismo son estrategias clave para prevenir complicaciones. Adoptar hábitos adecuados puede marcar la diferencia en la protección de las vías respiratorias frente a los desafíos que trae consigo el invierno.

Importancia de cuidar el sistema respiratorio en invierno

Cuidar el sistema respiratorio durante el invierno es esencial debido al aumento de factores externos que pueden comprometer su funcionamiento. Las bajas temperaturas, el aire seco y el incremento de partículas contaminantes son algunos de los elementos que agravan el riesgo de padecer enfermedades respiratorias según reportes de entidades como la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2022). Estos factores generan un entorno propicio para la proliferación de virus, bacterias y otros patógenos respiratorios que afectan significativamente la salud, sobre todo en grupos vulnerables como personas mayores, niños y pacientes con enfermedades crónicas.

Factores que intensifican los riesgos respiratorios

Bajas temperaturas. Durante el invierno, el frío puede ralentizar la respuesta inmunológica de las vías respiratorias al dificultar la movilidad de los cilios que recubren el epitelio del tracto respiratorio. Según la revista European Respiratory Journal (2020), esta disminución en la actividad ciliar reduce la capacidad de las vías para eliminar microorganismos y partículas nocivas, favoreciendo infecciones como la gripe y el resfriado común.

Calefacción y aire seco. El aire seco generado por sistemas de calefacción deshidrata las mucosas respiratorias y dificulta la formación de moco protector, lo que incrementa la vulnerabilidad frente a patógenos. Un estudio publicado en The Journal of Immunology (2018) mostró que la sequedad en las vías aéreas está relacionada con una mayor incidencia de infecciones respiratorias en períodos fríos.

Contaminación del aire. El aumento de contaminantes, como partículas finas (PM2.5) y compuestos orgánicos volátiles, agrava las enfermedades respiratorias preexistentes y puede inducir nuevas afecciones. Según datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente (2021), la exposición prolongada a estos contaminantes está asociada con el desarrollo de enfermedades como la bronquitis crónica y el asma.

Mecanismos fisiológicos afectados en invierno

Inflamación de las vías respiratorias. El ingreso repetido de aire frío estimula la inflamación en el tracto respiratorio inferior debido al aumento de la producción de mediadores inflamatorios, como la histamina y las citoquinas proinflamatorias. Estudios como los de la American Thoracic Society (2021) han demostrado que esta respuesta inflamatoria incrementa la sensibilidad de los bronquios, exacerbando los síntomas en casos de asma o enfermedades pulmonares obstructivas crónicas (EPOC).

Reducción de la función inmunitaria local. Según investigaciones de la Facultad de Medicina de Harvard (2019), las temperaturas bajas disminuyen la actividad de macrófagos alveolares, células clave en la eliminación de patógenos respiratorios. Esto facilita la multiplicación de virus como el de la gripe y SARS-CoV-2, responsables de infecciones severas en invierno.

Alteración del microbioma respiratorio. Publicaciones recientes en Nature Communications (2020) subrayan que el frío y los cambios en la humedad relativa afectan el microbioma de las vías respiratorias superiores, alterando su equilibrio y disminuyendo su capacidad para proteger contra invasores microbianos.

Impacto en la salud pública durante el invierno

Enfermedades respiratorias como la neumonía, el asma y la EPOC representan una carga significativa para los sistemas de salud, especialmente en regiones con climas fríos prolongados. Según la OMS (2022), las infecciones respiratorias agudas son responsables del 8% de todas las muertes infantiles a nivel mundial, un problema agravado en invierno debido al aumento de virus estacionales.

Además, los brotes epidémicos de gripe durante esta estación también generan un incremento en las hospitalizaciones de adultos mayores, un grupo vulnerable ante complicaciones como insuficiencia respiratoria, exacerbaciones crónicas y coinfecciones bacterianas.

Recomendaciones para minimizar riesgos y proteger el sistema respiratorio

Para cuidar el sistema respiratorio en invierno, es fundamental adoptar medidas preventivas basadas en la evidencia científica:

  • Humidificar el ambiente. Utilizar humidificadores para mantener la humedad relativa entre el 40% y el 60%, recomendado por estudios de la PubMed Central sobre condiciones óptimas para la función mucociliar.
  • Ventilar adecuadamente los espacios cerrados. Esto reduce la concentración de CO2, patógenos y aerosoles. La OMS indica que el intercambio de aire eficiente disminuye la propagación de enfermedades respiratorias en un 30%.
  • Mantener una dieta rica en antioxidantes. Consumir alimentos ricos en vitamina C y D, presentes en cítricos y pescados grasos, mejora la respuesta inmunitaria. Según el British Medical Journal (2020), estas vitaminas refuerzan la barrera epitelial y la actividad fagocítica.
  • Evitar la exposición directa a contaminantes ambientales y humo de tabaco. Si la calidad del aire es baja, el uso de purificadores con filtros HEPA puede reducir la exposición a partículas finas.

El cuidado del sistema respiratorio es crítico en invierno para prevenir impactos severos en la salud, en especial para grupos en riesgo y personas con condiciones preexistentes.

Factores Que Afectan Al Sistema Respiratorio En Invierno

Las bajas temperaturas, la contaminación y la proliferación de virus caracterizan el invierno, congregando varios factores que propician alteraciones respiratorias. Diversas investigaciones han vinculado estos elementos con un incremento de infecciones en las vías respiratorias, especialmente en poblaciones vulnerables.

Cambios de temperatura

Las temperaturas bajas aumentan la irritación de las mucosas respiratorias. Según un artículo publicado en European Respiratory Journal (2017), la exposición al frío reduce el flujo sanguíneo en la mucosa nasal, debilitando los mecanismos de defensa natural como la producción de moco. Esto facilita la entrada de agentes infecciosos como virus y bacterias.

Los cambios bruscos entre ambientes cálidos y fríos también generan estrés térmico, afectando la capacidad del sistema inmunológico de responder adecuadamente. Estudios de la Universidad de Gales (2020) documentaron que el frío extremo desencadena constricción bronquial en individuos con asma, incrementando la incidencia de episodios agudos en esta población.

Además, el aire frío y seco altera la hidratación de las células epiteliales de las vías respiratorias. Este fenómeno, aunque menos perceptible, agrava la inflamación de las vías y las hace más susceptibles al daño por contaminantes y microorganismos.

Contaminación ambiental

Durante el invierno, la contaminación del aire aumenta debido al uso de calefacción y la reducción del intercambio de aire en los hogares. La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2022) señaló que niveles elevados de partículas finas (PM2.5), emitidas por combustibles fósiles, se asocian con un incremento del 20% en hospitalizaciones por enfermedades respiratorias.

Estas partículas finas penetran profundamente en los pulmones, causando inflamación sistémica y exacerbaciones en enfermedades preexistentes como el EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica). Según la publicación The Lancet (2021), la exposición constante a contaminantes se vincula con una caída en la función pulmonar en adultos mayores y un aumento de infecciones virales.

Por otra parte, los óxidos de nitrógeno (NOx) y el monóxido de carbono (CO), liberados por calefactores defectuosos o procesos industriales, tienen un impacto directo en la salud respiratoria. Estas sustancias reducen la capacidad de oxigenación en la sangre, complicando el transporte adecuado de oxígeno a nivel pulmonar y agravando cuadros en personas con patologías crónicas.

Virus estacionales

El invierno favorece la propagación de virus respiratorios estacionales como el virus de la gripe (influenza) y el virus sincitial respiratorio (VSR). Según el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC, 2023), la incidencia de infecciones por estos patógenos aumenta entre un 30% y un 50% durante los meses fríos.

El VSR, principal causante de bronquiolitis en lactantes, encuentra un entorno óptimo de reproducción en ambientes secos y fríos. Este virus tiene un impacto significativo en la salud infantil, representando aproximadamente el 45% de hospitalizaciones respiratorias según datos de la Red Global de Salud Infantil (2022).

Por su parte, el virus de la gripe afecta predominantemente a adultos mayores e individuos inmunodeprimidos. Estudios publicados en la revista Nature Medicine (2020) confirmaron que las bajas temperaturas fortalecen la cápside viral, extendiendo la viabilidad del virus en superficies y aumentando las probabilidades de transmisión.

La aglomeración en espacios cerrados también incrementa el riesgo de contagio. En el invierno, la ventilación es limitada, lo que favorece la acumulación de aerosoles cargados de partículas virales suspendidas. Esto se ha documentado como un factor crítico en brotes masivos, especialmente en zonas urbanas densamente pobladas.

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En conjunto, estos factores externos crean un entorno desfavorable para la salud respiratoria. Las estrategias para contrarrestar dichos efectos incluyen monitorear la calidad del aire, priorizar la ventilación y promover hábitos higiénicos que reduzcan las transmisiones virales.

Consejos Para Mantener Un Sistema Respiratorio Saludable

Proteger el sistema respiratorio durante el invierno es fundamental para prevenir infecciones y complicaciones respiratorias. Factores como el frío, el aire seco y los espacios cerrados favorecen la propagación de virus y bacterias. Adoptar hábitos saludables refuerza las defensas naturales y reduce el impacto negativo de estos factores.

Alimentación saludable

Una dieta equilibrada es clave para fortalecer el sistema inmunológico y proteger las vías respiratorias. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2022), el consumo adecuado de vitaminas y antioxidantes puede reducir el riesgo de infecciones respiratorias.

  1. Antioxidantes: Alimentos ricos en vitamina C (cítricos, fresas, pimientos) y vitamina E (nueces, semillas, espinacas) neutralizan los radicales libres y reducen la inflamación de las mucosas respiratorias. Investigaciones publicadas en Nutrients Journal (2021) indican que estas vitaminas contribuyen a una mejor funcionalidad del sistema inmune.
  2. Zinc y selenio: Minerales esenciales presentes en mariscos, legumbres y huevos. Según un estudio de la Universidad de Zaragoza (2020), estos elementos pueden inhibir la replicación de ciertos virus respiratorios.
  3. Ácidos grasos omega-3: Pescados como el salmón o atún y nueces tienen propiedades antiinflamatorias que ayudan a mantener una respuesta inmunitaria equilibrada.
  4. Probioticos: Alimentos fermentados como yogur o kéfir mejoran la microbiota intestinal, crucial para la inmunidad. Publicaciones de Frontiers in Immunology (2022) afirman que la microbiota sana influye en la regulación de las respuestas inmunitarias respiratorias.

Hidratación adecuada

Mantener una hidratación óptima favorece la protección de las vías respiratorias, especialmente en ambientes secos. El Instituto Europeo de Hidratación (2021) destaca que consumir al menos 1.5-2 litros de agua diarios ayuda a mantener las mucosas hidratadas y mejora su función barrera.

  1. Humectación de las mucosas: El aire frío y seco deshidrata las vías respiratorias, reduciendo su capacidad para atrapar partículas y patógenos. Beber suficiente agua y consumir infusiones calientes contrarresta estos efectos.
  2. Evitar bebidas deshidratantes: Consumo moderado de café o alcohol, ya que pueden aumentar la pérdida de agua y debilitar el sistema inmunológico.
  3. Uso de humidificadores: Estos dispositivos aumentan la humedad relativa en espacios cerrados. Investigaciones de la Sociedad Española de Neumología (2019) confirman que niveles de humedad entre 40-60% disminuyen el riesgo de irritación respiratoria.

Ejercicio físico regular

La actividad física moderada estimula el sistema inmunológico e incrementa la capacidad pulmonar, favoreciendo la oxigenación de tejidos. Según la Asociación Española de Pediatría (2021), el ejercicio fortalece las defensas respiratorias incluso en invierno.

  1. Mejora de la ventilación pulmonar: Actividades como caminar a paso rápido, hacer yoga o nadar aumentan la circulación de oxígeno, facilitando la eliminación de partículas inhaladas durante el día.
  2. Efecto antiinflamatorio: El ejercicio regular reduce la liberación de citocinas inflamatorias, protegiendo los pulmones de infecciones y otras afecciones, como señala un estudio del Journal of Clinical Medicine (2020).
  3. Exposición controlada al aire libre: Practicar actividad física al aire libre fomenta la exposición al sol, esencial para la síntesis de vitamina D, que desempeña un papel crítico en la inmunidad respiratoria. Si el frío es extremo, se recomienda realizar ejercicios en interiores.

Implementando estos hábitos se logra un impacto positivo en el funcionamiento del sistema respiratorio incluso ante las adversidades invernales, preservando la calidad de vida.

Hábitos Para Prevenir Enfermedades Respiratorias

El mantenimiento de hábitos adecuados durante el invierno puede reducir significativamente la incidencia de enfermedades respiratorias. Implementar medidas preventivas fortalece las defensas del organismo y protege las vías respiratorias frente a agentes patógenos.

Higiene personal

La Higiene Personal adecuada limita la propagación de virus y bacterias. Según la OMS (2022), el lavado frecuente de manos con agua y jabón, durante al menos 20 segundos, elimina hasta el 90% de los microorganismos presentes en la piel. Este hábito reduce el riesgo de contagio de enfermedades como la gripe y el resfriado común, especialmente en ambientes cerrados.

Evitar el contacto directo con personas enfermas y cubrirse la boca con el codo al toser son prácticas adicionales para minimizar la transmisión de partículas virales. El uso de mascarillas en espacios con alta densidad de personas también disminuye el riesgo de inhalar patógenos presentes en el aire, sobre todo en zonas con alta incidencia de infecciones respiratorias.

Uso de humidificadores

El uso de humidificadores contribuye a mantener el nivel de humedad óptimo en espacios cerrados. El aire seco que predomina en invierno, intensificado por los sistemas de calefacción, deshidrata las mucosas respiratorias y reduce su capacidad para actuar como barrera protectora. La humedad relativa recomendada para proteger las vías respiratorias se encuentra entre el 40% y el 60%, según un informe de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR, 2020).

Estudios publicados en Aerosol Science and Technology (2021) confirman que los ambientes con niveles adecuados de humedad reducen la viabilidad de partículas virales en suspensión, como el virus de la gripe. Sin embargo, es esencial realizar un mantenimiento adecuado de los humidificadores para evitar la proliferación de hongos y bacterias que puedan agravar problemas respiratorios.

Evitar humo y contaminantes

La exposición a humo y contaminantes ambientales incrementa el riesgo de desarrollar o agravar enfermedades respiratorias. Según datos del Instituto de Salud Carlos III (2021), las partículas finas (PM2.5), generadas principalmente por combustibles fósiles y calefacciones de biomasa, se asocian con un aumento del 9% en hospitalizaciones por infecciones respiratorias durante los meses de invierno.

El humo del tabaco es otro factor de riesgo relevante, ya que contiene más de 7.000 sustancias químicas, de las cuales al menos 250 son nocivas, según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, 2020). La exposición al tabaco debilita el epitelio ciliar del sistema respiratorio, dificultando la expulsión de partículas y microorganismos. Por ello, evitar ambientes con humo y optar por fuentes de calefacción más limpias ayuda a preservar la salud respiratoria.

Geográficamente, las áreas urbanas suelen tener niveles más altos de contaminación atmosférica. Ventilar adecuadamente los espacios, a pesar de las bajas temperaturas, diluye los contaminantes acumulados y mejora la calidad del aire interior.

Remedios Naturales Para Fortalecer El Sistema Respiratorio

El fortalecimiento del sistema respiratorio durante el invierno puede optimizarse empleando remedios naturales cuya eficacia ha sido respaldada por estudios científicos. Estas prácticas ayudan a mejorar la función inmune, reducir la inflamación y proteger las vías respiratorias frente a virus y contaminantes asociados con enfermedades respiratorias estacionales.

Infusiones y tisanas con propiedades antiinflamatorias

Consumir infusiones ricas en antioxidantes beneficia al sistema respiratorio al disminuir los procesos inflamatorios. Estudios publicados en Molecules (2020) destacan las propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas del jengibre y la cúrcuma. Las infusiones de tomillo, reconocidas por su contenido en timol, un compuesto con actividad antibacteriana, y eucalipto, eficaz como descongestionante natural, favorecen la limpieza de las vías respiratorias.

Recomendación: Preparar infusiones utilizando 2-3 g de hojas secas por taza de agua caliente. El vapor de estas infusiones también contribuye a descongestionar las fosas nasales.

Alimentos ricos en nutrientes esenciales

La alimentación adecuada juega un rol clave en la fortalecimiento del sistema inmunológico y respiratorio. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2022), una dieta rica en vitamina C, vitamina A, zinc y selenio puede prevenir infecciones respiratorias.

  • Cítricos como naranjas, limones y pomelos son fuentes ricas de vitamina C, la cual actúa como antioxidante y mejora la función inmune.
  • Zanahorias y espinacas aportan vitamina A, esencial para mantener la integridad de las mucosas respiratorias.
  • Alimentos como nueces y semillas contienen zinc y selenio, oligoelementos que contribuyen a la reparación del tejido y reducen la inflamación.

Recomendación: Incorporar una ración diaria de estas frutas y vegetales, priorizando su frescura.

Nebulizaciones y humidificación del ambiente

El uso de nebulizadores naturales empleando aceites esenciales como menta o romero puede aliviar la irritación en las vías respiratorias superiores. Según investigaciones de Frontiers in Pharmacology (2018), el mentol contenido en la menta ejerce un efecto relajante sobre los músculos de las vías respiratorias, favoreciendo el flujo de aire.

Asimismo, mantener una humedad relativa entre el 40-60% en los espacios cerrados evita la sequedad del aire y las mucosas nasales, reduciendo el riesgo de infecciones. Las humidificaciones con agua hervida y sal (inhalación de vapor) también son recomendadas para aliviar congestiones.

Recomendación: Crear vapor utilizando agua caliente con unas gotas de aceite esencial. Evitar aplicar los aceites directamente sobre la piel sin diluirlos.

Propólis y miel, aliados para el sistema respiratorio

El propóleo, una sustancia resinosa producida por las abejas, cuenta con propiedades antimicrobianas comprobadas. Estudios presentados en el International Journal of Biological Macromolecules (2021) destacaron su capacidad para inhibir bacterias y virus respiratorios, incluidas cepas resistentes.

Por su parte, la miel es conocida por sus propiedades antisépticas y su capacidad para aliviar la irritación en la garganta. El consumo regular de una cucharada de miel pura, especialmente combinada con limón, puede contribuir a reducir la tos y proteger las mucosas respiratorias.

Recomendación: Usar miel orgánica cruda en preparados líquidos calientes, evitando su exposición a temperaturas altas que puedan disminuir sus propiedades.

Ejercicios respiratorios y actividad física moderada

La práctica de ejercicios como el pranayama (técnicas de respiración del yoga) fortalece la capacidad pulmonar y mejora el intercambio gaseoso. Según un estudio de la Facultad de Medicina de Nueva Delhi (2019), 20 minutos diarios de respiraciones profundas pueden incrementar significativamente el volumen respiratorio y reducir el estrés oxidativo que afecta los pulmones.

Adicionalmente, realizar actividad física moderada (caminar al aire libre, siempre que la calidad del aire sea adecuada) mejora la circulación y el transporte de oxígeno a los tejidos.

Recomendación: Dedicar al menos 150 minutos semanales a la actividad física moderada o práctica de ejercicios específicos para el sistema respiratorio.

Suplementos naturales y probióticos

El consumo de suplementos naturales como el extracto de equinácea o el sauco ha demostrado beneficios para prevenir infecciones respiratorias recurrentes. Según un meta análisis publicado en Advances in Therapy (2022), la equinácea puede reducir la incidencia de resfriados en un 26%, gracias a su estimulación del sistema inmunitario.

Los probióticos, presentes en alimentos fermentados como el kéfir o el yogur, también desempeñan un papel en la regulación de la microbiota intestinal, lo cual influye de manera indirecta en la inmunidad respiratoria.

Recomendación: Consumir una ración diaria de probióticos y consultar investigaciones respaldadas científicamente antes de iniciar cualquier suplemento.

Lavados nasales con solución salina

Los lavados nasales con solución salina isotónica ayudan a eliminar virus, bacterias y partículas contaminantes acumuladas en las vías respiratorias superiores. Un ensayo clínico en The Laryngoscope (2020) comprobó que el uso regular de estas lavados puede reducir la incidencia y la duración de infecciones respiratorias.

Recomendación: Utilizar una solución salina preparada en casa con una proporción de 9 g de sal por litro de agua previamente hervida.

Uso adecuado de plantas medicinales

Plantas como el regaliz y el gordolobo poseen compuestos que benefician directamente al sistema respiratorio. El regaliz contiene glicirricina, que actúa como antiinflamatorio según estudios en Journal of Ethnopharmacology (2021). Por su parte, el gordolobo es reconocido por su efecto expectorante, favoreciendo la limpieza de los pulmones.

Recomendación: Elaborar infusiones siguiendo las indicaciones específicas de cada planta, bajo supervisión adecuada para evitar posibles interacciones.

Estos remedios respaldan la prevención y el tratamiento de enfermedades respiratorias estacionales, optimizando la salud respiratoria durante los meses de invierno. La adopción de estas prácticas puede integrarse fácilmente en la rutina diaria y proporcionar efectos beneficiosos comprobados por la ciencia.

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Tengo 52 años y desde siempre me apasiona la fitoterapia. Me formé en el ámbito de la salud y, desde niña, descubrí el poder de las plantas en casa. Crecí rodeada de naturaleza y de personas que sabían escucharla. Me encanta combinar ciencia y tradición para mejorar el bienestar en el día a día. Aquí comparto lo que he aprendido, entre experiencias personales y consejos prácticos.

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