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10 alimentos que ayudan a regular el ciclo menstrual de forma natural

Marta López by Marta López
in Nutrición
10 alimentos que ayudan a regular el ciclo menstrual de forma natural
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El ciclo menstrual es un proceso complejo influido por diversos factores, incluidos los cambios hormonales, el estrés y la alimentación. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las alteraciones menstruales afectan a un porcentaje significativo de mujeres en edad reproductiva, lo que puede repercutir en su calidad de vida y bienestar general. Aunque estas irregularidades pueden tener múltiples causas, la evidencia científica señala que una dieta equilibrada puede desempeñar un papel clave en su regulación.

Diversos estudios publicados en The Lancet destacan cómo ciertos nutrientes esenciales, como los ácidos grasos omega-3, el hierro y las vitaminas del grupo B, contribuyen al equilibrio hormonal y al funcionamiento adecuado del organismo. Incorporar alimentos ricos en estos componentes no solo favorece un ciclo más regular, sino que también ayuda a aliviar síntomas asociados como el dolor o la inflamación.

Explorar los alimentos más beneficiosos para este propósito permite comprender mejor su impacto en la salud menstrual.

Importancia de una alimentación balanceada en el ciclo menstrual

Un consumo adecuado de nutrientes esenciales resulta crucial para el mantenimiento de un ciclo menstrual regular, ya que los procesos hormonales dependen en gran medida de la disponibilidad de ciertas vitaminas y minerales. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2022), una dieta equilibrada contribuye a equilibrar los niveles hormonales, prevenir síntomas premenstruales intensos y reducir irregularidades en el ciclo.

Relación entre nutrientes y regulación hormonal

Los macronutrientes y micronutrientes desempeñan un papel directo en la producción y metabolismo de las hormonas sexuales, como el estrógeno y la progesterona. Estudios publicados en The American Journal of Clinical Nutrition (2020) destacan que deficiencias en hierro, ácidos grasos omega-3 y vitaminas del grupo B están asociadas con alteraciones del ciclo menstrual, incluida la dismenorrea y ciclos anovulatorios.

  • Ácidos grasos omega-3: Ayudan a reducir la inflamación sistémica, lo que beneficia a mujeres con ciclos dolorosos. Este efecto antiinflamatorio se relaciona con una menor producción de prostaglandinas, compuestos responsables del dolor menstrual.
  • Hierro: Fundamental para compensar la pérdida de sangre durante la menstruación y prevenir anemia ferropénica, una afección que podría agravar los síntomas de fatiga y debilidad.
  • Vitaminas del grupo B: La vitamina B6 regula la síntesis de neurotransmisores como la serotonina, lo que ayuda a reducir cambios emocionales asociados al síndrome premenstrual (SPM). Además, la B12 y el folato son esenciales en la formación de glóbulos rojos.

Regulación del índice glucémico y su impacto menstrual

Una alimentación basada en alimentos de bajo índice glucémico (IG) regula los niveles de insulina, lo que tiene un impacto positivo en el equilibrio hormonal, particularmente en mujeres con síndrome de ovario poliquístico (SOP). Según un estudio de la Universidad de Sydney (2021), dietas ricas en alimentos integrales, legumbres y verduras contribuyen a estabilizar los niveles de insulina, favoreciendo ciclos menstruales más regulares en casos de resistencia a la insulina.

Beneficios de los antioxidantes y fitoquímicos

Los antioxidantes, como las vitaminas C y E, ayudan a neutralizar el estrés oxidativo que puede afectar la función ovárica. La Harvard T.H. Chan School of Public Health (2018) indica que consumir frutas y verduras ricas en antioxidantes mejora la ovulación en mujeres con problemas de fertilidad. Además, alimentos como la soja, ricos en isoflavonas (fitoestrógenos), pueden modular niveles hormonales, actuando como estrógenos débiles en el cuerpo.

  • Vitamina C: Presente en cítricos, favorece la absorción de hierro y protege las células ováricas del daño oxidativo.
  • Vitamina E: En frutos secos y semillas, incide en la producción hormonal al regular el equilibrio de prostaglandinas.

Papel del magnesio y el zinc

El magnesio y el zinc son minerales esenciales para la salud menstrual. El magnesio regula la actividad neuromuscular, reduciendo calambres y el dolor asociado a la menstruación. Un artículo del Journal of Women’s Health (2019) concluye que una mayor ingesta de magnesio disminuye un 30% la intensidad del dolor menstrual. Por su parte, el zinc es esencial en la síntesis hormonal y refuerza el sistema inmunológico.

Hidratación adecuada y consumo reducido de sodio

Una adecuada hidratación previene la retención de líquidos, síntoma común durante el periodo premenstrual. Beber al menos 2 litros de agua diarios es esencial para facilitar el tránsito intestinal y evitar hinchazón abdominal. Además, reducir el consumo de sal minimiza la acumulación de líquidos y mejora el confort menstrual en el periodo premenstrual.

Conexión entre el microbioma intestinal y el equilibrio hormonal

El eje intestino-hormonal, respaldado por estudios recientes como el del Gut Microbiome Journal (2020), afecta la regulación del ciclo menstrual. Un microbioma equilibrado promueve una adecuada metabolización de estrógenos a través del estroboloma (conjunto de bacterias con capacidad de modular el metabolismo estrogénico). Consumir fibra dietética, yogures naturales y alimentos probióticos refuerza la microbiota intestinal, favoreciendo el correcto equilibrio hormonal.

Factores que interfieren con la regulación menstrual

Aunque una alimentación adecuada favorece un ciclo regular, ciertos hábitos alimenticios negativos pueden impactar de manera adversa. El consumo excesivo de alimentos ultraprocesados, ricos en grasas saturadas y azúcares refinados, está vinculado a desequilibrios hormonales y aumenta la inflamación sistémica. Según The Lancet Public Health (2022), optar por fuentes alimenticias más naturales disminuye estos efectos nocivos.

Recomendaciones generales

Una dieta orientada al equilibrio hormonal debe incluir cereal integral, frutas, verduras, proteínas magras y grasas saludables, como los aguacates y nueces. Incorporar proteína vegetal, como las lentejas y el tofu, puede también ofrecer beneficios específicos al reducir la inflamación y contribuir al suministro de micronutrientes esenciales.

Nutrientes Clave Para Regular El Ciclo Menstrual

La regulación del ciclo menstrual depende en gran medida de la interacción entre los nutrientes esenciales y el sistema endocrino. Según investigaciones publicadas en The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism (2020), un suministro adecuado de vitaminas y minerales influye directamente en la producción de hormonas como el estrógeno y la progesterona, fundamentales en la salud menstrual.

Vitaminas esenciales

Los estudios indican que diversas vitaminas desempeñan un papel crítico en la función hormonal. Según datos revisados por la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2022), los desequilibrios vitamínicos están relacionados con irregularidades menstruales como la amenorrea y el síndrome premenstrual (SPM).

  • Vitamina B6 (piridoxina): Crucial para la síntesis de serotonina y la regulación del sistema nervioso central. Los datos de una revisión clínica publicada en Nutrients (2018) muestran que un consumo adecuado de vitamina B6 (1,3-1,5 mg diarios en mujeres adultas) puede reducir los síntomas de irritabilidad y depresión vinculados al SPM. Fuentes naturales incluyen nueces, plátanos y cereales integrales.
  • Vitamina B12 y ácido fólico: Estas vitaminas del grupo B facilitan la formación de glóbulos rojos y el metabolismo de la homocisteína, optimizando la salud cardiovascular y hormonal. Según la Base de Datos de Nutrientes de EE. UU., alimentos como espinacas, legumbres y huevos son ricos en estas vitaminas.
  • Vitamina D: Regula la expresión génica involucrada en la producción de estrógeno. Un estudio de la Universidad de Birmingham (2019) concluyó que niveles óptimos de vitamina D (superiores a 30 ng/ml en suero) reducen el riesgo de dismenorrea. Fuentes incluyen pescado azul, yema de huevo y exposición solar moderada.
  • Vitamina E: Con propiedades antioxidantes, contribuye a la mejora de la inflamación y el alivio de calambres menstruales. Según investigaciones en el Iranian Journal of Nursing and Midwifery (2017), dosis de 200-400 mg al día durante la fase lútea mostraron mejoras significativas en el dolor premenstrual.

Minerales importantes

Los minerales desempeñan un papel estructural y regulador en la función hormonal y el ciclo menstrual. La absorción efectiva de estos nutrientes puede optimizar la salud ovárica y prevenir alteraciones menstruales.

  • Hierro: Fundamental para prevenir la anemia asociada con menstruaciones abundantes. Según la OMS, las mujeres en edad fértil necesitan 18 mg diarios de hierro. Carnes magras, lentejas y espinacas son fuentes ricas que reducen el riesgo de fatiga y debilidad.
  • Magnesio: Promueve la relajación muscular y la reducción de dolores menstruales. Una investigación en Gynecological Endocrinology (2020) destaca que 300 mg/día mejoran la calidad del sueño y alivian el dolor pélvico relacionado con el SPM. Se encuentra en frutos secos, semillas y avocado.
  • Zinc: Su acción antiinflamatoria y antioxidante mejora el equilibrio del sistema inmunológico y regula los niveles hormonales. Según un estudio del Journal of Reproductive Sciences (2017), el consumo diario de 10-12 mg puede aliviar la hinchazón abdominal. Fuentes naturales incluyen legumbres y mariscos.
  • Calcio: Facilita la contracción muscular adecuada y la estabilidad emocional. Datos de la Clínica Mayo revelan que la ingesta de 1.000-1.200 mg/día está relacionada con menores episodios de mal humor premenstrual. Los productos lácteos, almendras y col rizada son ricos en este mineral.

Grasas saludables

Los ácidos grasos esenciales desempeñan un papel indispensable en la función endocrina y la modulación de procesos inflamatorios. Según un artículo en The American Journal of Clinical Nutrition (2021), estas grasas tienen propiedades antiinflamatorias que impactan positivamente en el equilibrio hormonal.

  • Ácidos grasos omega-3: Presentes en pescado azul (sardinas, salmón) y semillas de lino. Este tipo de grasa mejora la elasticidad celular y regula la producción de prostaglandinas, reduciendo los calambres menstruales. Un meta-análisis (2020) confirmó que suplementar 1-2 g diarios puede aliviar el dolor asociado a la dismenorrea.
  • Ácidos grasos monoinsaturados: Abundan en el aceite de oliva extra virgen y el aguacate. Favorecen la producción estable de hormonas sexuales al mantener niveles saludables de colesterol, un precursor esencial en la síntesis hormonal.
  • Ácidos grasos poliinsaturados: Como el ácido linoleico, regulan la función inmunológica. Están presentes en los frutos secos y las semillas, contribuyendo a un flujo menstrual equilibrado y una menor inflamación.

Nota adicional: Una combinación de estos nutrientes apoyada por hábitos saludables (ejercicio moderado, sueño adecuado y manejo del estrés) puede potenciar la salud menstrual de manera integral.

Alimentos Que Ayudan A Regular El Ciclo Menstrual

La alimentación desempeña un rol crucial en el equilibrio hormonal y la regularidad del ciclo menstrual. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una dieta rica en nutrientes específicos optimiza los procesos fisiológicos relacionados con el sistema endocrino. Varios grupos de alimentos contienen compuestos bioactivos que contribuyen a reducir irregularidades y mejorar la salud hormonal.

Verduras de hoja verde

Las verduras de hoja verde, como las espinacas, acelgas y col rizada, destacan por su alta densidad nutricional. Estas contienen magnesio, hierro, calcio y vitaminas del grupo B, nutrientes esenciales para la función hormonal. Según un estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition (2020), una ingesta adecuada de magnesio ayuda a reducir el síndrome premenstrual al regular los niveles de cortisol y favorecer la relajación muscular.

El hierro, abundante en estas verduras, es crucial para prevenir anemias causadas por menstruaciones abundantes. La col rizada y otras variedades también aportan vitamina K, un nutriente que favorece la coagulación sanguínea y reduce el flujo menstrual excesivo. Incorporar una porción de alrededor de 150 gramos al día de estas verduras en ensaladas o sopas puede ser beneficioso.

Frutas ricas en antioxidantes

Frutas como los arándanos, fresas, frambuesas, cerezas y granadas contienen altos niveles de antioxidantes, incluidos polifenoles, flavonoides y vitamina C. Estos compuestos combaten el estrés oxidativo, el cual afecta negativamente la producción hormonal. Un informe de The Journal of Endocrinology (2018) señaló que el daño oxidativo a nivel ovárico puede interferir en la ovulación y generar irregularidades menstruales.

Además, la vitamina C mejora la absorción del hierro de origen vegetal, potenciado su efecto en la prevención de anemias. Por otra parte, las frutas bajas en índice glucémico como las bayas ayudan a estabilizar los niveles de glucosa, lo cual resulta clave en mujeres con síndrome de ovario poliquístico (SOP). Se recomienda consumir al menos 100-150 gramos de frutas frescas ricas en antioxidantes diariamente.

Fuentes naturales de omega-3

Pescados grasos como el salmón, las sardinas y la caballa son ricos en ácidos grasos omega-3, conocidos por sus propiedades antiinflamatorias. Estos inhiben la producción de prostaglandinas inflamatorias, reduciendo dolores menstruales. Según una investigación publicada en Frontiers in Physiology (2017), el consumo de omega-3 también regula la secreción de las hormonas luteinizante (LH) y foliculoestimulante (FSH), fundamentales en el ciclo menstrual.

Otro beneficio destacado es su impacto sobre los niveles de estrógeno, ayudando a prevenir desequilibrios hormonales relacionados con el exceso de este. Además del pescado, las semillas de chía, lino y nueces también son fuentes adecuadas. Incluir dos porciones semanales de pescado graso o una cucharada diaria de semillas molidas incrementa el aporte de omega-3 en la dieta.

Especias y hierbas beneficiosas

Ciertas especias y hierbas han mostrado efectos positivos en la regulación menstrual. La canela, según un estudio de la University of Health Sciences (2014), mejora la sensibilidad a la insulina en mujeres con SOP, favoreciendo ciclos más regulares. También posee propiedades antiinflamatorias que alivian los calambres menstruales.

El jengibre es otro alimento con beneficios demostrados; su consumo disminuye el dolor asociado a la dismenorrea primaria gracias a su capacidad para reducir las prostaglandinas inflamatorias. Un ensayo clínico llevado a cabo en Irán (2016) confirmó que tomar 250 mg de jengibre en cápsulas cuatro veces al día durante los primeros tres días del ciclo menstrual alivió significativamente los dolores.

Por último, se destaca la cúrcuma por su contenido en curcumina, un compuesto con efectos moduladores sobre el sistema endocrino. La cúrcuma reduce el estrés oxidativo y mejora la circulación sanguínea en el útero, contribuyendo al alivio de la sintomatología premenstrual. El uso de estas especias en cantidades moderadas como infusiones o en la preparación de alimentos puede ser altamente efectivo.

Cambios Alimenticios Para Mejorar La Salud Hormonal

Los cambios en la alimentación impactan directamente en el equilibrio hormonal, lo que influye en la regularidad del ciclo menstrual. Una dieta adecuada puede potenciar la producción y metabolización de hormonas sexuales como el estrógeno y la progesterona, esenciales para el ciclo menstrual.

Alimentos a evitar

Reducir el consumo de ciertos alimentos disminuye los desequilibrios hormonales relacionados con el ciclo menstrual. Según un estudio publicado en The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism (2020), la ingesta excesiva de azúcares refinados y grasas trans afecta directamente la sensibilidad a la insulina y eleva los niveles de inflamación sistémica, lo que puede alterar el equilibrio hormonal, especialmente en mujeres con síndrome de ovario poliquístico (SOP).

  1. Azúcares refinados: Los productos con índices glucémicos altos, como bollería industrial y bebidas azucaradas, provocan picos de glucosa que estimulan la sobreproducción de insulina. Este exceso puede contribuir a la resistencia a la insulina, un factor que perturba la función ovárica.
  2. Grasas trans: Presentes en alimentos procesados y frituras, estas grasas aumentan los marcadores inflamatorios como la proteína C reactiva, según la Universidad de Harvard (2019). La inflamación crónica puede afectar negativamente a la producción de estrógenos y progesterona.
  3. Alcohol y cafeína en exceso: El alcohol interfiere en el metabolismo hepático de las hormonas sexuales, aumentando el estrógeno libre en sangre, mientras que un consumo elevado de cafeína incrementa los niveles de cortisol, una hormona del estrés que puede alterar el equilibrio hormonal, según investigaciones del British Journal of Nutrition (2021).

Reducir estos alimentos disminuye la inflamación y optimiza las funciones endocrinas, favoreciendo ciclos menstruales normales.

Hábitos alimenticios saludables

Incorporar alimentos ricos en nutrientes específicos y seguir prácticas alimenticias sostenibles apoya el equilibrio hormonal. La Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca el papel de una dieta variada y equilibrada para promover la salud hormonal y reducir irregularidades menstruales.

  1. Consumir alimentos ricos en fibra: Las frutas, verduras, cereales integrales y legumbres contribuyen al metabolismo óptimo de los estrógenos. Según un estudio de la American Society for Nutrition (2019), una ingesta alta en fibra favorece la excreción de estrógenos a través del sistema digestivo, equilibrando los niveles hormonales.
  2. Priorizar las grasas saludables: Los ácidos grasos omega-3, presentes en pescados como el salmón y vegetales como las nueces y las semillas de chía, tienen propiedades antiinflamatorias y promueven la producción de prostaglandinas antiinflamatorias, esenciales para aliviar los calambres menstruales. Además, las grasas monoinsaturadas, como las del aguacate y el aceite de oliva, mejoran la sensibilidad a la insulina, según The British Journal of Obstetrics and Gynaecology (2020).
  3. Equilibrar la ingesta de proteínas y carbohidratos complejos: Consumir proteínas magras como pollo, pescado y tofu junto con carbohidratos de bajo índice glucémico, como la quinoa y el boniato, estabiliza los niveles de glucosa en sangre. Esto regula la producción de insulina y, en consecuencia, reduce el impacto sobre los niveles hormonales.
  4. Incrementar la presencia de alimentos ricos en vitaminas y minerales:
  • Magnesio: Los alimentos como las espinacas, las almendras y las semillas de girasol contribuyen a la relajación muscular, reduciendo los síntomas del síndrome premenstrual y aliviando el dolor asociado, según Magnesium Research (2018).
  • Zinc: Alimentos como el marisco y las legumbres ayudan a modular la función ovárica y la producción hormonal.
  • Vitamina B6: Presente en el plátano y las patatas, esta vitamina regula la síntesis de serotonina, mejorando el estado de ánimo durante el ciclo menstrual.
  • Hierro: Fundamental tras la menstruación, alimentos como las lentejas y las espinacas previenen la anemia, que afecta a muchas mujeres en edad fértil.
  1. Mantener horarios regulares para las comidas: Comer a intervalos regulares evita caídas drásticas de azúcar en sangre, previniendo alteraciones en la producción hormonal. Según la Endocrine Society (2020), la dieta crononutricional mejora la sensibilidad hormonal al ajustarse a los ritmos circadianos.
  2. Hidratación y control de sodio: Una adecuada ingesta de agua favorece la circulación sanguínea, mientras que reducir el sodio minimiza la retención de líquidos, un síntoma común durante la fase luteínica del ciclo menstrual.

Adoptar estos hábitos alimenticios contribuye a una mejor regulación hormonal y a la mejora de la salud menstrual, beneficiando tanto el equilibrio físico como emocional.

Beneficios De Una Dieta Saludable En El Ciclo Menstrual

Mantener una dieta saludable tiene un impacto directo en la regulación del ciclo menstrual. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2022), una alimentación equilibrada no solo favorece la salud general, sino que también optimiza las funciones hormonales que regulan el ciclo menstrual. Los nutrientes esenciales desempeñan roles clave en procesos como la ovulación, la producción de estrógenos y progesterona, y la síntesis de neurotransmisores relacionados con el bienestar durante las diferentes fases del ciclo.

Regulación hormonal y nutrientes clave

La vitamina B6, presente en alimentos como plátanos, nueces y carnes magras, contribuye a la síntesis de serotonina, un neurotransmisor que regula el estado de ánimo y ayuda a reducir los síntomas del síndrome premenstrual. Según un estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition (2018), una ingesta adecuada de esta vitamina disminuye la irritabilidad, la fatiga y otros síntomas relacionados.

El hierro, esencial para la renovación celular y la producción de glóbulos rojos, es vital tras la menstruación para prevenir la anemia y mantener niveles óptimos de energía. Fuentes como espinacas, acelgas y legumbres son destacadas por su alta biodisponibilidad. Además, un estudio de The Lancet (2020) evidenció que las mujeres con ingestas insuficientes de hierro tienen más probabilidades de experimentar ciclos irregulares.

Las grasas saludables, como los ácidos grasos omega-3 presentes en pescados azules (salmón, sardinas) y semillas de chía, poseen propiedades antiinflamatorias que benefician especialmente a aquellas con menstruaciones dolorosas o endometriosis. Estas grasas también regulan las prostaglandinas, compuestos que influyen en las contracciones uterinas y el dolor menstrual.

Reducción de la inflamación y gestión del dolor

Una dieta rica en antioxidantes, como la vitamina C y los polifenoles, contribuye a reducir el estrés oxidativo, un factor que exacerba la inflamación en el tejido endometrial. Los antioxidantes se encuentran en frutas como los cítricos, frutos rojos y vegetales de colores vivos. Una investigación del Journal of Reproductive Immunology (2021) mostró que una dieta rica en antioxidantes disminuye la incidencia de dismenorrea (dolores menstruales severos).

El magnesio, contenido en frutos secos, cereales integrales y espinacas, ayuda a relajar los músculos y regula la producción de cortisol, la hormona del estrés. Esto es fundamental, ya que niveles elevados de estrés pueden inhibir la ovulación y alterar el ciclo menstrual. Investigaciones sugieren que una ingesta diaria de 300-400 mg de magnesio puede mejorar significativamente los síntomas menstruales.

Optimización de la función ovárica

El zinc, relacionado con la salud ovárica, apoya la regulación de enzimas que influyen en la producción hormonal. Fuentes como ostras, semillas de calabaza y carne de pavo son recomendadas por su alto contenido en este mineral. Además, se ha observado que el zinc puede mejorar la fertilidad y reducir las irregularidades menstruales en mujeres con síndrome de ovario poliquístico (SOP).

La vitamina D, sintetizada a través de la exposición solar y disponible en alimentos como pescados grasos y huevos, apoya la función ovárica y mejora la sensibilidad a la insulina en mujeres con SOP. Un metaanálisis de Endocrine Journal (2020) confirmó que la suplementación con vitamina D reduce la frecuencia de ciclos anovulatorios y promueve la regularidad menstrual.

Prevención de desbalances hormonales

El consumo regular de alimentos ricos en fitoestrógenos, compuestos naturales con una acción similar a los estrógenos, favorece el equilibrio hormonal. Estos se encuentran en alimentos como la soja, linaza y garbanzos. Según Frontiers in Endocrinology (2019), los fitoestrógenos pueden reducir síntomas de desequilibrios hormonales al modular los receptores de estrógenos.

Una dieta de bajo índice glucémico, que incluye cereales integrales, frutas y verduras, también ayuda a estabilizar los niveles de insulina, factor crucial para evitar alteraciones hormonales, especialmente en mujeres con resistencia a la insulina. Según un estudio de Diabetes Research and Clinical Practice (2021), este tipo de dieta mejora la ovulación y reduce la incidencia de ciclos irregulares.

Mejora del bienestar general

La reducción del consumo de sodio, azúcares refinados y grasas trans disminuye la retención de líquidos e inflamación, mejorando los síntomas relacionados con el síndrome premenstrual. La hidratación adecuada, incluyendo infusiones como el té de manzanilla, alivia la hinchazón y promueve la relajación muscular.

El conjunto de estos beneficios muestra que una dieta rica en nutrientes esenciales no solo apoya la regularidad del ciclo menstrual, sino que también mejora el bienestar general. Esto confirma que la alimentación juega un papel central en la salud hormonal y reproductiva.

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Marta López

Marta López

Tengo 52 años y desde siempre me apasiona la fitoterapia. Me formé en el ámbito de la salud y, desde niña, descubrí el poder de las plantas en casa. Crecí rodeada de naturaleza y de personas que sabían escucharla. Me encanta combinar ciencia y tradición para mejorar el bienestar en el día a día. Aquí comparto lo que he aprendido, entre experiencias personales y consejos prácticos.

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